Empezamos con las historias de mi México lindo y querido.
El propósito principal de mi viaje a Londres había sido, por supuesto, visitar a Ryan. Así que con el paso de unos cuantos meses, le llegó el turno a él de venirme a visitar a mí.
Y después de varios días paseando por la ciudad, desde los lugares turísticos obligados hasta mis favoritos personales, aprovechando que había un puente decidí que lo quería llevar a conocer una de las playas más famosas de todo el país, si no es que del planeta.
Nuestro vuelo salía un viernes a las 4:30 PM, llegando a Cancún un par de horas más tarde, y el regreso era el lunes por la mañana. Aquí en México, las aerolíneas de bajo costo son algo «relativamente» nuevo y un vuelo hacia el Caribe Mexicano en temporada alta (por ser puente) puede ser bastante caro, así que la mejor opción era comprarlos con una de estas aerolíneas.
Cuando el tan esperado viernes llegó por fin; salí corriendo de mi trabajo hacia mi casa, donde me esperaba ya Ryan, tomamos las maletas y rezamos mentalmente que pudiéramos llegar a tiempo a pesar del ya conocido tráfico de mi amada ciudad.
Me siento orgullosa de decir que lo logramos, llegamos con suficiente tiempo para registrarnos en el mostrador a pesar de la larga fila que nos recibió incluso sin traer equipaje documentado.

Pero, como ya se deben de imaginar por mi suerte recurrente, cuando llegamos al frente de la fila nos dijeron lo mismo que le habían dicho a todos los que habían pasado antes de nosotros: El vuelo hacia Cancún había sido pospuesto hasta poco después de la medianoche.
¿El motivo de todo esto? Fallas técnicas en sus aviones, porque nuestro vuelo no era el único retrasado, todos los vuelos de esa aerolínea por el día habían sido modificados. Pero para compensar un poco por el mal rato, nos ofrecieron un buffet de cortesía en uno de los hoteles de enfrente.
Y yo sé que probablemente estén pensando que fácilmente pudimos haber regresado a mi casa y volver cuando fuera hora de nuevo. Pero no lo hicimos.
En gran parte fue porque dentro de mí, yo tenía la esperanza de que si esperábamos allí podrían anunciar un cambio en el horario antes y si nos íbamos nos quedaríamos sin volar. Y por otro lado, pensé que iríamos y regresaríamos para nada porque era muy poco tiempo de espera y sería mucho dinero desperdiciado en Uber.
Así que esperamos ahí.

Y esperamos, y seguimos esperando. Tratamos de pasar la mayor cantidad de tiempo en el restaurante del hotel, caminamos de un lado a otro 5 veces por toda la terminal, recorrimos todas y cada una de las tiendas que teníamos cerca, y aún así la espera parecía eterna.
Cuando (por fin) se acercaba la hora de nuestro vuelo, nos encontramos con una gran multitud en la puerta de embarque, y conforme íbamos escuchando nos enteramos que lo habían vuelto a retrasar una hora más.
Abordamos finalmente poco después de la 1:30 AM, lo que nos hizo llegar a Cancún alrededor de las 3 y a nuestro AirBnB en Playa del Carmen antes de las 5 de la madrugada.

Después de tanta travesía y desveladas, pasamos un par de días tranquilos en la playa, caminando por la 5° Avenida y visitando Tulum.
Me alegra decir que en cuanto al regreso todo salió como debería y Ryan quedó encantado con los sitios arqueológicos. Pero yo, me la voy a pensar 2 veces antes de volver a comprar vuelos de este tipo.

¿Alguna vez han viajado en este tipo de aerolíneas? O les ha pasado algún incidente similar?
-Agatha
Uff a mi me pasó pero si mal no recuerdo en Blue Panorama cuando iba a Italia… me tocó esperar porque mi escala era en USA y había tiempo de nieve… Al menos ibas bien acompañada :D! Ese fue mi primer viaje al extranjero sola… ¡Pero aprendes bastante!
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Eso sí, sola hubiera estado más difícil. Eso de las malas experiencias en los primeros viajes siempre nos dejan anécdotas años después.
¡Gracias por leer Frida!
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