El verano pasado viajé a uno de los pocos lugares que me han hecho olvidar mi mala suerte, un lugar del que quedé enamorada por completo y superó todas mis expectativas.

Costa Rica.

Todo comenzó con una oferta de vuelos hacia San José, una amiga que quisiera aventarse a la aventura conmigo y tomar la decisión. Así que después de mucho planear, organizar e investigar cuando por fin llegó la fecha, nos quedamo de ver en el aeropuerto para que nuestra semana en Costa Rica comenzara.

En un principio llegamos al aeropuerto internacional de San José, ciudad que nos saltamos por completo para tomar el primer autobús hacia La Fortuna.

Donde pasamos un par de días entre parques nacionales, cascadas, volcanes, aguas termales y lluvia.

Nuestra siguiente parada fue Monteverde ya que nuestro sentido de aventura nos llamaba a los parques nacionales, los bares dentro de árboles, los bosques nubosos y los circuitos de tirolesa.

Después de las actividades extremas, fuimos a relajarnos a las bellas playas de Tamarindo y Jacó dónde lo más intrépido que hicimos fue andar por bicicleta en la arena después de leer en las hamacas. Toda vacación debe tener su tiempo de tranquilidad.

Por último, visitamos el Parque Nacional Manuel Antonio donde pudimos observar perezosos, monos (ladrones), insectos y pájaros de todos colores; además de recorrer los senderos junto al océano.

Me alegra decir que lo más triste de todo el viaje fue el camino hacia el aeropuerto porque todavía no queríamos irnos.

No sabría decir si mi buena suerte fue gracias a la gente tan amable que encontramos a donde sea que fuéramos, la deliciosa y sustanciosa comida, los hermosos paisajes, la cercanía con la naturaleza, mi compañía o si todo nada más fue pura coincidencia.

Lo único que sé es que Costa Rica se robó mi corazón y me encantaría volver algún día en el futuro para conocer todo lo que me faltó. Si jamás habían pensado en Costa Rica para sus próximas vacaciones, los invito a que la consideren porque estoy segura que no quedarán decepcionados.

¡Pura Vida!

-Agatha