Cuando por fin llegamos a Cusco, lo primero que notamos fue el cambio en la altitud. En parte por el recibimiento con hojas de coca gratis en el aeropuerto y por otro lado por la dificultad que teníamos a veces para respirar cuando caminábamos por la ciudad.
Una vez que llegamos a nuestro AirBnB nos encontramos con la grata sorpresa de que nuestro anfitrión también trabajaba en una agencia turística y gracias a eso pudimos reservar todos nuestros tours a excepción de Machu Pichu con un descuento especial.
El primer tour en nuestro itinerario fue al laboratorio agrícola inca ubicado a tan solo una hora de Cusco: Moray.
La entrada se puede comprar por 70 Nuevos Soles, y por ser boleto turístico té da acceso a más atracciones en la cercanía de Cusco, como Maras, algunos sitios arqueológicos y museos importantes. Además una vez que lo compres puedes usarlo por tres días consecutivos.
Para accesar a Moray hay una serie de escaleras que permiten acercarte al sitio lo más posible y poder admirar el laboratorio que les permitió a los incas experimentar con la temperatura dependiendo de la profundidad de la tierra y así cultivar diferentes alimentos.
Después de reencontrarnos con nuestro grupo, subimos a la camioneta para dirigirnos a uno de los lugares que más ganas tenía yo de visitar, las Salinas de Maras.
Un lugar que últimamente se ha vuelto muy popular por su belleza natural y que es hogar de minas de sal propiedad de varias familias de la region que comercializan la característica sal rosada. Por lo que tampoco se puede accesar a ellas, pero no dejen que eso (o la cantidad de personas) los desmotive de visitar este bello lugar.
Como parte de nuestro tour nos llevaron a un pueblito llamado Chinchero y nos hicieron favor de llevarnos a la estación de tren para nuestro (esperado) trayecto a Machu Pichu, pero les contare más sobre eso en otro post…
-Agatha